miércoles, 3 de abril de 2013

Once sugerencias para enseñar a comer bien a tus hijos


1. Incorporar pronto al niño a las comidas familiares: La comida es también un acto social, al niño pequeño se le debe sentar a la mesa de la familia muy pronto para que vea comer a sus mayores, que vea cómo los demás gozan comiendo. No hacer de esta conducta un acto solitario.
2. No tener prisa. La comida debe ser acompasada, no engullir, no apremiar al niño, si es necesario se comienza antes pero no tener y no “meter” prisa. Las prisas son malas acompañantes para masticar bien, digerir y saborear los alimentos.
3. No aprovechar los espacios de comida para hablar de temas conflictivos o espinosos. A veces, como es el único espacio de encuentro en la familia, se habla mientras se come de: los suspensos, las regañinas, los malos amigos, las normas no acatadas, las discusiones de la pareja o de la familia. Las horas de la comida o cena deben ser momentos de buena comunicación.
4. Los hábitos de las buenas maneras al comer se enseñan con el modelo, no con los castigos. La forma de utilizar los cubiertos o de limpiarse se explica y se recuerda, pero sobre todo se modela.
5. Cuidar la alimentación variada y atractiva ( y sana) incorporar todo tipo de alimentos y si el niño come en el colegio, estudiar los menús y complementarlos en las cenas.
6. Estimular al niño a elegir alimentos, incorporarle en la compra y enseñarle a valorar los alimentos frescos y sabrosos. Enseñarle a cocinar desde pequeño, puede preparar muchos platos sencillos o participar en su elaboración.
7. Enseñarle a degustar las texturas y los sabores con el mismo placer con el que se enseña a oír música o valorar el arte o el deporte.
8. Poner ritmos, límites y pautas de mesura para no comer mucho de una cosa y nada de otra. Los gustos por la comida son los que más nos ligan a la infancia. Para eso hay que tener paciencia, no se logra en un día es cosa de TODOS LOS DÍAS. Uno de los límites importante es restringir la ingesta de las llamadas “chuches” son bombas de glucosa innecesaria y que muchas veces sacian al niño y eso impide luego la alimentación adecuada.
9. No tomar la alimentación del hijo como un reto personal de la madre o del padre, el hijo comerá porque tiene necesidades y las deberá satisfacer de forma sana y adecuada, tanto para su organismo como para su espíritu, la comida es cultura. Las necesidades son del hijo, no de los cuidadores. No mostrar ansiedad por ni con la alimentación.
10. ¡Ojo! con las obsesiones de los mayores por el tipo de los niños/niñas, si no es aceptable criar niños obesos hay que diseñar la ingesta y el ejercicio con modelos adecuados tanto de lo uno como de lo otro, y no restringir o demonizar alimentos o regañar y pesar continuamente al niño. Los hijos comen lo que aprenden en su familia.
11. No ser demasiado estrictos en el control de los alimentos adecuados, el niño no come solamente en la familia, la sociedad nos provee de modelos que aunque a veces no son muy saludables, por saltarse un día los hábitos buenos no pasa nada y el niño no se siente extraño entre los iguales.