jueves, 8 de agosto de 2013

Las empresas que no permiten armonizar familia y trabajo pierden talento

Según Nuria Chinchilla, profesora del IESE y directora del Centro Internacional Trabajo y Familia (ICWF),las empresas que no son familiarmente responsables y no apuestan por la flexibilidad laboral “acaban perdiendo talento”, es decir, personas que además de su preparación profesional, apuestan por una vida integrada. 
La opción no es fácil y tiene consecuencias, asegura la experta, por lo que anima a tomar conciencia del impacto de la familia no sólo en la sociedad sino también en las empresas y en las economías de los países.Chinchilla anima a los gobernantes a revisar el papel de la célula familiar y a preguntarse cómo la quieren y para qué. 
La profesora aboga, desde el Centro que dirige, por “humanizar la empresa” porque los empleados son también miembros de una familia en la que cada miembro llega a un puesto de trabajo “más o menos preparado”. Y ahí el papel de los progenitores es clave, no en vano Chinchilla denomina a la familia como “escuela de ompetencias”, el lugar donde se desarrollan habilidades como la generosidad, la sinceridad, la capacidad de esfuerzo o la honestidad, necesarias en la futura vida profesional del hijo. 

Ambos, afectuosos y seguros 

Joan de Dou, médico psiquiatra y también profesor del IESE, afirma que las dos funciones básicas que pertenecen a la familia son aportar “seguridad y afectividad” a los hijos, lo que permitirá desarrollar“al máximo” su potencialidad y que puedan llegar a ser buenos profesionales. 
De Dou desmitifica los dos roles que se han adjudicado tradicionalmente: la afectividad a la madre y la seguridad al padre. Afirma que ambos roles deben ser aportados por los dos, pero que ello no es posible “sin contacto personal” con el hijo, reclamando así una presencia mínima de los padres en el hogar. 
El experto avisa de dos patologías que van en aumento, proporcionalmente al crecimiento de los hogares desunidos o rotos: la innovación y la comparación.Sobre la primera, el psiquiatra afirma que los hijos buscan novedades constantemente porque no aceptan la rutina en su vida, ni la vida cotidiana, algo esencial en la vida de todo ser humano,especialmente la laboral, compuesta de rutinas, horarios y sólo de vez en cuando, con alguna novedad. 
Respecto a la segunda, pone en alerta del estrés que supone estar constantemente comparándose con personas de su entorno, porque entonces se sienten eternamente insatisfechos. 
De Dou concluye, en línea con la profesora Chinchilla, que el trabajo en el hogares el que “debería de ser más valorado”por los gobernantes de cada país.
fuente: teinteresa.es